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Entrevistas

Mikel Pagola
"Muchas veces también es difícil ser un buen suplente"

Tiene corpachón de pivote de balonmano y manos de jugador de baloncesto. Es Mikel Pagola (Pamplona, 1982), el guardameta que llegó del Guijuelo para disputar la titularidad a Alberto en la portería de la UDS. Sin embargo, Martínez tiene más fe en el manchego y Pagola es el único jugador sano de la plantilla que no ha hecho su debut en Liga.

¿Se queda uno sin esperanzas poco a poco al ver que es el único que no ha jugado ni un minuto en Liga?

La verdad es que es una situación difícil, pero hay que asumirla porque ya sabemos lo que es el puesto del portero. Tengo que seguir trabajando y cada fin de semana espero ser titular. Luego, está el tema del comportamiento. Debo ser respetuoso con mi compañero e intentar apoyarle al máximo.

Todo el que te conocía hablaba muy bien de usted y aquí apenas ha tenido opciones de demostrar nada de ello, ¿por qué?

Nunca me he caracterizado por ser bueno en los entrenamientos, ésa es la verdad y...

¿Nos puede explicar eso?

Sí, en los entrenamientos soy algo frío y puede dar la sensación de que no tengo nivel para la categoría. En Guijuelo tuve confianza, hice una gran temporada y por eso estoy ahora aquí, esperando que el míster me dé minutos para poder devolver a la afición el cariño que me ha dado y, sobre todo, demostrar, que merezco estar aquí y que valgo para este puesto.

En pretemporada usted reconocía que le faltaba velocidad, ¿cómo está ahora?

Eso fue en los primeros meses; sí que noté mucho el cambio en el aspecto físico porque venía de equipos en los que no se trabajaba tanto. Salva (preparador de porteros) en principio nos metió carga y ahora lo estoy llevando mucho mejor y se agradece todo lo que nos hicieron. Ahora llego a los entrenamientos y me encuentro físicamente perfecto, esperando mi oportunidad.

El único partido jugado fue contra el Elche, que llega este domingo, ¿qué recuerdo le queda de aquel partido de Copa?

No muy positivo, la verdad. Siempre recordaré mi debut con el Salamanca, pero nos eliminaron de Copa. Era mi oportunidad para demostrar al míster que podía contar conmigo, llegaron dos veces y nos metieron dos goles; no puedo estar muy contento, pero fueron sensaciones buenas las que tuve dentro del campo, a pesar de que las dimensiones del campo eran muy diferentes, por ejemplo, a las del Guijuelo.

Alberto reconoce que mantienen una buena relación, incluso comparten habitación en los desplazamientos, ¿no se le ha ocurrido quitarle la almohada un día para que se levante con dolor de cuello? Ya me entiende...

(Risas) Nos llevamos muy bien. Con Alberto no debo tener ningún problema, el que decide es el míster. Él está, como yo, lu-chando por un puesto y no tiene por qué haber una mala relación. El de portero es un puesto muy difícil. Muchas veces también es difícil ser un buen suplente, yo intento serlo y si no me llegan oportunidades de jugar debo procurar que, al menos, no lleguen quejas de mí de que he metido mierda en el vestuario o me llevo mal con mi compañero. Siempre lo apoyaré y espero, que si tengo mis opciones, él también lo haga conmigo.

Raúl Gañán
Raúl Gañán (Bilbao, 1974) es ya un histórico de la UD Salamanca, pero todavía ve lejos su retirada. Defensor aguerrido en el terreno de juego, es un tipo de lo más afable fuera de él. En muchas ocasiones, el deporte convierte a personas sencillas y humildes en ídolos de hinchadas. Sin duda, estamos ante uno de esos casos.

¿Hay algún secreto más aparte de la regularidad para alcanzar la cifra de 200 partidos?

200 ya es una cifra importante. Creo que todos los entrenadores con los que he coincidido aquí en Salamanca han confiado en mí, yo lo he dado todo. Al que le guste, muy bien y, al que no, pues lo siento.

¿Qué mejor forma de celebrarlo que la victoria?

Pues sí. Lo luchamos un montón y aunque Las Palmas puso mucho de su parte ganamos un partido que era muy importante.

¿Se imaginaba a sí mismo hace diez años, a punto de cumplir 33, siendo el capitán de un equipo histórico en Segunda y siguiendo al máximo nivel?

La verdad es que nunca te lo imaginas. El tiempo va pasando para todos y vas cumpliendo etapas. Ésta es una más de la vida.

¿Se ve con cuerda para seguir mucho tiempo más?

Sí, siempre lo he dicho. Se lo digo a todo el mundo que me lo pregunta. Es una profesión que me gusta, hago lo que más me gusta y soy un privilegiado. Además, me veo con fuerzas para seguir.

Pero termina contrato esta temporada, ¿no?

Sí.

Lo cierto es que el club no se ha puesto oficialmente en contacto con usted para renovarle. ¿Ni tan siquiera le han comentado algo?

No, todavía no. No me han comentado nada.

¿Le inquieta eso?

Claro que me inquieta. Es mi último año, acabo contrato en junio y es normal que quiera saber qué va a pasar.

¿Qué tal suena retirarse aquí dentro de un par de años después de haber conseguido un ascenso a Primera?

¡Jo!, pues muy bien, claro. Eso sería un sueño. Ahora, lo que sí que me gustaría sería conseguir un ascenso y jugar un añito en Primera, por lo menos. Sería muy bonito jugar con el Salamanca en Primera.

¿Le gustaría retirarse aquí en Salamanca o preferiría hacerlo más cerca de su tierra?

Siempre digo que aquí me han tratado muy bien. Claro que me gustaría acabar aquí mi carrera deportiva. Si no puede ser en la Unión, ya me buscaré las habichuelas en otro sitio.

¿Es tan difícil el fútbol o lo complican los entrenadores?

Hombre, el fútbol es complicado. Yo creo que lo más difícil para los entrenadores es llevar bien un vestuario. La del míster es una figura clave en un equipo. Si maneja el vestuario bien tiene mucho terreno ganado.

De eso saben ustedes bastante por lo vivido aquí el año del descenso a Segunda B.

Sí. Llevo ya siete años en Salamanca y ha habido años muy buenos, con el vestuario muy unido, y otros años que no estábamos tan bien. Lo digo porque cuando yo estaba en el Alavés nos pasó exactamente igual: mientras estuvimos unidos mira lo que pudimos llegar a hacer, pero cuando el entrenador no sabe encontrar las conexiones para hacer funcionar el vestuario, mira lo que ha pasado.

De los árbitros mejor no hablamos, ¿o sí?

Nunca he hablado, lo que pasa es que sí que me fastidia que parece que a la Unión nos toman por el pito de un sereno muchas veces. Son momentos puntuales y la verdad es que te calientas. Yo me caliento enseguida con los árbitros.

Muchos entrenadores y tres presidentes. ¿No es demasiada estabilidad para un club modesto?

No, creo que es un período de transición. Después de Pepe Hidalgo, que estuvo bastantes años, se ha ido pasando por todo este proceso, arrastrando una deuda, que espero que acabe pronto. Sí que es bueno para una institución que exista una continuidad, pero no sólo del presidente, sino del entrenador y de los jugadores también.

Si esto fuese la NBA, ¿retirarían el 17 y lo colgarían de uno de los fondos del Helmántico?

No, ¡qué va! Aquí ha habido muchos jugadores que han estado mucho más tiempo que yo y ya habrían retirado muchos números.

¿Hay mucho paquete en la prensa deportiva?

(Sonrisa) Prefiero no contestar esa pregunta.

¿Y en el fútbol profesional?

Pues sí. Claro que los hay, como en todo en esta vida. Hay gente que igual no se merece estar donde está y hay otros que merecerían haber tenido ese sitio. Hay de todo.

¿El hecho de ser capitán es sólo por veteranía o tiene otras cualidades?

No, es sólo porque llevo aquí siete años seguidos y, junto con Tomás, somos los que hemos estado más tiempo.

¿Si usted fuera Ronaldinho pediría aumentos de sueldo cada temporada?

Yo creo que no andaría pidiendo aumentos de sueldo. Yo soy una persona humilde y me basta con lo justo y un poco más para pagarme algún vicio.

Es usted también un hombre mediático, hasta tiene una página web de fans.

Sí, son dos chicos de aquí, de Salamanca. Me pidieron permiso y la verdad es que yo, encantado. No tengo nada que esconder, sin problema.

Para ser de Bilbao es bastante humilde…

Sí señor, aunque sea de Bilbao.

Vasco Fernandes
"Yo no tengo nervios en el campo, juego así de agresivo y no pienso cambiar mi estilo"

Adorna su gorra de marca con chapas de dibujos lúdico-erótico-festivos. Sonrisa en la boca y gafas de sol setenteras. Agresivo en el campo y un tipo jovial al que le gusta reír fuera de él. Es Vasco Herculano Salgado Cunha (Olhao -Portugal-, 1986), Vasco el Negro para sus compañeros, el jugador que llegó cedido a finales de verano por un empresario y no por otro club; justo lo que levanta algunas suspicacias.

Después de unos cuantos partidos en la Segunda española, ¿es lo que esperaba encontrarse?

Sí, es lo que esperaba, un campeonato muy competitivo, con muy buenos jugadores. A nivel personal, estoy muy contento porque siento que estoy evolucionando bien y creo que cuando salga de aquí seré, con toda certeza, un mejor jugador.

¿Ya está pensando en irse de aquí?

(Risas) No, espero que sea de aquí a cuatro, cinco, seis… diez años. Cada día que pasa me siento mejor y más confiado.

Siempre ha hablado muy bien del recibimiento de los compañeros…

Sí, me han ayudado y me he integrado bien. Eso creo (Risas otra vez).

¿Cómo compararía la Segunda División de España con la de Portugal?

Aquí hay los jugadores son mucho mejores, con más experiencia y más técnica. Sobre todo, es una Liga más competitiva y, para mí, la gran diferencia es la intensidad del partido. Aquí se juegan los 90 minutos a tope. Allí se para mucho el juego, digamos que hay como tiempos muertos.

¿En qué nota que ha evolucionado su juego?

En todo. En el plano físico, en el técnico y en el táctico estoy mejor que cuando llegué aquí. Sólo espero poder continuar así y lo haré gracias al míster, al staff técnico y a mis compañeros.

¿No le parece que a veces juega con una tensión excesiva? Al menos, queda esa impresión.

No. No son nervios, yo juego así. Puedes llamarlo como quieras, nervioso o agresivo. Ya era así antes de que me ficharan. Lo importante es que hablo con el entrenador y corrijo los fallos, mas no pienso cambiar.

Usted juega en la sub-21 portuguesa de lateral derecho, ¿con goles de Raúl Gañán como el del pasado domingo será difícil quitarle ese puesto?

(Risas) Bueno, yo trabajo para estar en el equipo, ya sea en la izquierda, en la derecha o en el medio. Me da igual donde sea. Yo estoy aquí para jugar en el Salamanca y para ganar partidos, no para mirar si juego aquí o allá.

La semana que viene se perderá otro partido, esta vez contra el Elche por un compromiso con la selección de su país frente a Inglaterra. ¿No se puede hacer nada?

Me voy el domingo, después del partido de Las Palmas. Al menos esta vez será sólo un partido el que me pierda. Me tengo que ir, otra vez, cuando mejor y más integrado estoy. Pero tengo una cosa clara: soy un profesional del fútbol y tengo que cumplir con mis obligaciones con mi club y con mi país.

¿Pero no es demasiado tiempo concentrarse una semana antes del partido de la sub-21?

Por mí, yo estaría menos. Pero, ojo, estamos preparando un Campeonato de Europa y hay que clasificarse, no es un torneo cualquiera. El técnico portugués (Rui Caçador) necesita explicar su método y crear unos mecanismos de trabajo. Para él es poco tiempo y, en cambio, para el Salamanca puede parecer demasiado, más de lo necesario.

Cuando el Salamanca u otro club ceden un jugador suelen incluir cláusulas para que el futbolista juegue o, si no, haya una compensación de algún tipo o el chico regrese. ¿Hay algo de eso en su contrato de cesión con el Salamanca?

No, no. Nada de eso. Yo juego porque el míster verá algo bueno en mí o porque estoy en buenas condiciones para ese partido. No hay ninguna cláusula que obligue al entrenador a ponerme en el campo.

Sergio Postigo
"Ahora estamos un poco agarrotados por la clasificación"

Sergio Postigo es el techo del equipo, pero tiene buena coordinación y unas cualidades que le permiten hacer más cosas que jugar de espaldas a la portería rival. Ya ha marcado su primer gol en el Salamanca.

Por fin llegó el gol.

Los delanteros siempre tenemos que meter goles, porque al final de la temporada se nos juzga por eso, y es importante que vayan entrando.

¿Es difícil jugar en el Salamanca?

No, como en otro sitio. Hay un nivel de exigencia alto porque también lo exige la categoría, pero el equipo se está asentando bien y los jugadores nos vamos acoplando poco a poco. Podíamos estar un poco más arriba y no sufriendo tanto, pero el equipo está respondiendo bien.

Los delanteros sí que lo tienen complicado, porque hay muchos.

En Liga no había tenido ocasiones tan claras. En Copa sí, pero en Eibar tuve alguna más aparte del gol... somos bastante gente arriba y hay que aprovechar los minutos que nos den.

¿Le están saliendo las cosas como esperaba, o van más lentas de lo deseado?

Como debutante en la categoría vamos cumpliendo plazos. No había jugado en Segunda y me voy haciendo a la categoría poco a poco, y espero ir a más.

¿Qué le pasó por la cabeza cuando marcó?

Lo de siempre cuando marcas, mucha alegría y, además, con la suerte de que el remate entró. Fue todo alegría.

¿Uno recuerda en esos instantes los malos momentos que ha tenido que pasar?

En esos momentos sólo sientes alegría y ganas de disfrutarlo con los compañeros y pensar que pueden ser tres puntos importantes para el equipo y para mí.

¿Cuántos quiere marcar esta temporada?

No sé, como ya dije cuando llegué soy debutante y no sé por dónde pueden ir los tiros. Unos cuantos más sí que haré, pero no me quiero aventurar a decir cifras.

Le habrá subido la moral.

Sí, personalmente sí, porque llevo dos partidos de titular y un gol. El equipo va sumando, ya van tres partidos sin perder aunque estamos a un punto del penúltimo y eso es complicado.

¿Qué les pasa, que no acaban de carburar?

Nos está costando un poco crear buen juego, quizá estamos algo agarrotados por la clasificación, pero estamos saliendo poco a poco. Escalamos posiciones, empatando fuera y ganado en casa, que es una media muy buena, pero eso hay que hacerlo bueno esta semana con el Ejido. Pero, sí, nos falta un poco más de toque, de tener más la pelota.

Llegan partidos propicios para ganar o para pasarlo mal.

Ahora tenemos al Ejido, Las Palmas, Xerez y Albacete, un calendario bastante bueno con equipos de nuestra Liga. Será importante, porque los últimos tres partidos son contra los que vienen de Primera y hay que aprovechar ahora para sumar los máximos puntos posibles.

¿La plantilla es optimista?

Sí, porque el equipo sabe sufrir y llega al final de los partidos con confianza. Lo que antes no podíamos hacer, como empatar en el último minuto, ahora sí podemos.

¿Qué diferencias nota sobre los defensas de Segunda B?

Quizás son un poco más duros en cuanto a la preparación física, porque no los hay tan fuertes en Segunda B. Aquí, todos están muy bien preparados y todos los equipos son muy físicos y tácticos. Hay pocos espacios y por eso gozamos de menos oportunidades para el gol.

¿Es feliz aquí?

Yo por el mero hecho estar aquí ya estoy contento. Quiero ir haciéndome hueco poco a poco y si me toca ir al banquillo otra vez, seguir trabajando para volver y animar a los compañeros.